Chau a Tus Deudas - PEF. Clase 12 - Salir de las Deudas es Posible

PEF Clase 12. Del ahorro a la inversión: hacé que tu dinero trabaje por vos

Tiempo lectura: ~18 minutos.

¡Hola, somos Chau a Tus Deudas! Te damos la bienvenida a la duodécima clase del curso Gestión de las Finanzas Personales de nuestro Programa de Educación Financiera (PEF).

Si llegaste hasta acá y recorriste las clases anteriores del curso, ya deberías estar en camino para poner orden en tu economía personal. Es decir, prestando más atención a tus ingresos, gastos y nivel de ahorro, así como comenzando a planificar la cancelación de todas tus deudas.

En esta clase vamos a hacer una breve introducción al contenido de nuestro próximo curso, “Iniciando en el mundo de las inversiones”. Te vamos a mostrar las alternativas de inversión más utilizadas, incluyendo opciones conservadoras, moderadas y arriesgadas. La idea es que puedas convertir tus “ahorros” en “inversiones” que generen ingresos adicionales para llevarte por el camino a la libertad financiera.

Si te gusta el mundo de las inversiones y te quedás con ganas de saber más, te invitamos a inscribirte en nuestro curso “Iniciando en el mundo de las inversiones”. Allí vamos a ver todo esto y mucho más, con explicaciones y ejemplos claros para que puedas comenzar a invertir y disfrutar de los beneficios de poner a trabajar tus ahorros.

 

Es importante destacar que los contenidos de esta clase no son recomendaciones de inversión, sino simplemente explicaciones y ejemplos. La idea es que conozcas un poco más las principales alternativas de inversión que se utilizan generalmente en el mercado financiero.

 

¿Por qué es importante invertir?

Cuando pensamos en términos de dinero, muchas veces pensamos en el número que dicen los billetes o nuestra cuenta bancaria (valor nominal) y no en el verdadero poder de compra que tienen (valor real). Esta visión, si bien es más sencilla, no es correcta.

En mayor o menor medida, todos los países del mundo tienen inflación. Es decir, sus monedas van perdiendo valor, lo que se traduce en un aumento de precios de los bienes y servicios. De esta forma, un bien que antes salía 1000 pesos pasa a valer 1010 pesos y luego 1020 pesos. A medida que la moneda en cuestión siga perdiendo valor, cada vez se van a requerir más unidades de dicha moneda para adquirir el mismo bien.

Lo anterior quiere decir que, si bien “1000 pesos” siempre van a ser “1000 pesos”, no siempre van a poder comprar lo mismo. Y esto último es lo que realmente nos tiene que interesar, el poder de compra de nuestro dinero.

Si nos quedamos solo en el “ahorro” y guardamos nuestro dinero en una caja fuerte, cuenta bancaria o en el “colchón”, con el correr del tiempo va a perder valor y cada vez nos va a servir para comprar menos cosas. La forma de solucionar esto es invirtiendo nuestros ahorros.

Adicionalmente, con nuestras inversiones no solo podemos sostener el poder de compra de
nuestros ahorros a lo largo del tiempo, sino que podemos incrementarlo. Para esto, debemos lograr que la rentabilidad de nuestras inversiones sea superior a la tasa de inflación del mismo período. De esta forma, la parte de la rentabilidad que igualó a la inflación habrá servido para mantener el poder de compra, mientras que la rentabilidad en exceso de la inflación habrá aumentado nuestro ahorro real.

Por último, es importante recordar lo que hablamos en la clase 5 sobre el ingreso pasivo y
la libertad financiera. Si queremos lograr cualquiera de estas cosas, tenemos que estar dispuestos a invertir nuestros ahorros, ya sea en plazo fijo, bonos, acciones o un negocio propio. De lo contrario, nuestros ahorros no solo van a perder valor, sino que no nos van a dar ningún ingreso adicional y vamos a continuar viviendo solo en base a nuestros ingresos activos.

Retomando lo que comentamos en la clase 6… ¡la inversión es la verdadera base de la fortuna!

 

¿Qué tipo de inversor somos?

Cuando nos hacemos esta pregunta, estamos pensando fundamentalmente en qué nivel de riesgo queremos y podemos tomar. Si bien existen distintas clasificaciones, que pueden ser más o menos detalladas, lo más habitual es encontrar los siguientes tipos de inversores:

·      Conservador: no le gusta asumir grandes riesgos y prefiere instrumentos de inversión que minimicen la volatilidad y posibles pérdidas de capital. Prioriza la liquidez y la seguridad por sobre la rentabilidad.

·      Moderado: busca una rentabilidad un poco mayor, aceptando cierto nivel de riesgo de pérdida de capital en sus inversiones, las cuales está dispuesto a mantener en el mediano plazo.

·      Agresivo: busca maximizar la rentabilidad de sus inversiones, asumiendo mayores riesgos de pérdida de capital y aceptando períodos largos de inversión. No requiere disponibilidad inmediata de liquidez.

Antes de empezar a invertir, e incluso de analizar nuestra estrategia de inversión, debemos estar seguros de nuestro perfil de inversor, para seleccionar correctamente los instrumentos de inversión que vamos a incluir en nuestra cartera.

Es importante tener en cuenta que nuestro perfil de inversor no solo considera si nos gusta más o menos el riesgo, sino también otros parámetros. Por ejemplo: nuestro nivel de conocimiento y experiencia como inversor, el plazo por el que esperamos mantener nuestras inversiones y la proporción que representan sobre nuestro ahorro mensual y total.

En general, todos los bancos, sociedades de bolsa y administradoras de fondos de inversión
tienen lo que se llama “test del inversor”. Esto es algo que se puede hacer online y es obligatorio que lo completes antes de que puedan ofrecerte cualquier servicio.

A modo de ejemplo, te dejamos el link al “test del inversor” del Banco de la Nación Argentina:

https://www.bna.com.ar/Personas/TestDelInversor

Adicionalmente, hay otros aspectos que también son importantes tener en cuenta y que muchas veces no se incluyen en los “test de inversor”. Por ejemplo, si nuestro ahorro tiene un objetivo específico (ej. comprar algo o hacer un viaje) y en qué moneda vamos a necesitarlos (ej. peso o dólar). Esto también pueden influir en la composición óptima de nuestra cartera.

 

Ahora sí, sin más introducción, pasamos directo a las alternativas de inversión.

Plazo fijo, tradicional y conservador

El plazo fijo es probablemente una de las inversiones más conocidas y tradicionales. Su operación es bastante sencilla y el riesgo muy bajo, por lo que suele tener una rentabilidad también baja. El mayor riesgo de un plazo fijo suele estar asociado a la credibilidad y robustez del sistema bancario, en general, y del banco donde lo realizamos, en particular.

En pocas palabras, un plazo fijo es un depósito (capital) que se realiza en una entidad bancaria, por un tiempo determinado (plazo), a cambio de una remuneración (tasa de interés) fijada de antemano. De esta forma, al momento de hacer la inversión, sabemos cuánto tiempo va a durar la misma y cuál va a ser su rentabilidad.

Los plazos fijos suelen fijarse en 30, 60, 90, 180 o 365 días, aunque también es posible elegir otros plazos (el mínimo generalmente es 30 días). Las tasas de interés deberían ir subiendo a medida que se extiende el plazo. Es decir, un plazo fijo a 365 días debería pagar más interés que un plazo fijo a 30 días. Durante el tiempo que dure el plazo fijo, no vamos a poder acceder a los fondos depositados (salvo que utilicemos alguna alternativa con opción de pre-cancelación).

Letras y notas del Banco Central, conservador con un pequeño plus

Las letras del Banco Central (Lebac) y notas del Banco Central (Nobac) son títulos de deuda de corto y mediano plazo, emitidos por la autoridad monetaria. Son parte de las herramientas de política monetaria y su principal objetivo es regular la cantidad de dinero en circulación.

La principal diferencia entre ambas es su plazo y la forma en que pagan intereses. Respecto del plazo, las Lebacs tienen una duración menor a un año, mientras que las Nobacs llegan hasta los tres años. En cuanto al pago de intereses, las Lebac se emiten a descuento (ej. pago hoy 900 pesos para recibir 1000 pesos al vencimiento), mientras que las Nobac pagan intereses periódicos, que pueden ser fijos o variables (ej. pagó 1000 pesos hoy para recibir intereses semestrales y 1000 pesos al vencimiento). Además de pagar interés, las Nobac también pueden ser emitidas a descuento.

Al ser deuda emitida por el Banco Central, su nivel de riesgo es mínimo. En teoría, debería ser riesgo cero, ya que se asume que, de ser necesario, la autoridad monetaria siempre va a poder emitir más billetes para pagar la deuda. En general, la tasa de interés que ofrecen se encuentra levemente por encima que las que se pueden obtener con un plazo fijo.

 

Las Lebac y Nobac se negocian en el mercado, donde los inversores pueden comprar y vender a la cotización de cada momento. De esta forma, podemos entrar o salir cuando lo necesitemos, sin necesidad que esperar hasta el vencimiento para recuperar nuestro dinero. Es importante recordar que el monto podrá ser mayor o menor al original, según el precio al momento de la compra y de la venta.

Títulos públicos, de lo conservador a lo moderado

Son títulos de deuda pública, que utilizan el gobierno nacional, las provincias y los municipios para financiar sus gastos corrientes, inversión, políticas públicas, etc.

Entre ellos, podemos diferenciar las Letras y los Bonos. Las Letras son instrumentos de corto plazo, generalmente menor a un año, mientras que los Bonos son instrumentos de largo plazo, que pueden ir desde un año… ¡hasta 100 años!

El pago de intereses en ambos casos es variado, incluyendo alternativas como: emisión con descuento, interés fijo, interés variable (se utiliza una tasa de referencia del mercado), interés variable + margen (tasa de referencia + margen fijo), ajuste por inflación (CER), ajuste por inflación + margen (CER + margen fijo), entre otros. Respecto de la moneda de emisión, la misma puede ser en pesos y en dólares (el interés va a ser distinto en cada caso), o también en pesos vinculada al tipo de cambio (conocida como “dolar linked”). La tasa de interés que ofrecen los títulos públicos suele estar por encima de las tasas de las Lebacs y Nobacs.

Todas las letras y bonos suelen ser conocidos como instrumentos de “renta fija”, ya que tienen un retorno “fijo” establecido en el momento en que se emite.

El nivel de riesgo de los títulos públicos puede variar bastante según distintas características. Por ejemplo, deberíamos esperar que títulos con plazos más cortos (Letras y Bonos a 1 o 2 años) tengan mayor previsibilidad que los bonos a 5, 10 o 30 años. Pensemos simplemente que en un bono a 30 años pasarán muchas cosas que van a afectar al repago de la deuda. Por otro lado, las letras y bonos en dólares tienen un mayor riesgo que aquellos en pesos. Los ingresos fiscales se explican mayormente por el cobro de impuestos en pesos. Si bien algunas veces parte de ellos pueden estar asociados al dólar, eso no asegura que, al momento de repago de la deuda, va a tener los dólares a disposición. Sin embargo, debemos tener en cuenta que los títulos en dólares o “dólar linked” nos ofrecen protección ante posibles devaluaciones.

Las Letras y Bonos del Tesoro se negocian en el mercado, donde los inversores pueden comprar y vender a la cotización de cada momento. De esta forma, podemos entrar o salir cuando lo necesitemos, sin necesidad que esperar hasta el vencimiento para recuperar nuestro dinero. Es importante recordar que el monto podrá ser mayor o menor al original, según el precio al momento de la compra y de la venta.

Obligaciones Negociables, moderado en aumento

Dicho de forma sencilla, las obligaciones negociables (ONs) son similares a los títulos públicos, pero en lugar de ser deuda de los gobiernos, son deudas de empresas. Los fondos suelen ser utilizados para financiar inversiones (ej. expandir el negocio actual o iniciar uno nuevo), compra de otras empresas, mantenimiento de equipos, capital de trabajo, etc.

A diferencia de los títulos públicos, los plazos no suelen ser un poco más cortos, mayormente entre 1 y 5 años y, en menor medida, entre 6 y 10 años. Respecto de los tipos de interés, monedas de emisión de la deuda y negociación en el mercado, aplican las mismas consideraciones mencionadas en los títulos públicos. Al igual que los títulos públicos, las ONs también son conocidas como “renta fija”.

Casi siempre, con muy pocas excepciones, las ONs tienen un riesgo mayor que los títulos públicos, ya que generalmente la capacidad de pago de una empresa se ve afectada por las condiciones económicas y financieras del país en que se encuentra. Entonces se asume que es muy difícil que una empresa pueda tener mayor capacidad de pago que un país. Sin embargo, a veces hay excepciones, por ejemplo, si se compara una deuda emitida en dólares de una empresa que exporta sus bienes y servicios (es decir, tiene ingresos en dólares) contra la deuda del país en el cual se encuentra, si tiene problemas financieros y falta de dólares.

A la ahora de elegir una ON es importante mirar el rubro o negocio de la empresa que emitió la deuda, si tiene ingresos regulados (ej. empresas de servicios públicos) o libres y si vende solo al mercado local, internacional o ambos, entre otros.

Acciones, a mayor riesgo, mayor ganancia

Las acciones son títulos que representan las partes en las que se divide el capital de una empresa. Aquellas personas que poseen acciones son dueños, en forma proporcional al total de acciones, de la empresa. Por lo tanto, al comprar acciones en la bolsa, lo que estamos haciendo es convertirnos en dueños (accionistas) de una parte de la empresa respetiva. Obviamente, si nuestra inversión es baja y la empresa es muy grande, vamos a ser dueños de una parte muy chica de la empresa. Pero aún así, vamos a ser uno de los cientos o miles de dueños que pueden llegar a tener las empresas que cotizan en bolsa.

A diferencia de los títulos públicos y ONs, las acciones no tienen un retorno fijo establecido por contrato, sino que su rentabilidad puede variar según la marcha de la empresa, la situación de su rubro o negocio particular, y las condiciones locales e internacionales del mercado. Por este motivo, las acciones son conocidas como instrumentos de “renta variable”. ¿Y cómo ganamos con las acciones? Básicamente de dos formas: por el incremento en su precio y por los dividendos que paguen (repartición de las ganancias de la empresa).

Dentro de los instrumentos de inversión tradicionales que vimos en esta clase, las acciones son aquellos que tienen un mayor riesgo, pero también mayor ganancia potencial. En general, el mercado accionario es bastante más volátil que el de títulos públicos, por lo que con el correr del tiempo, vamos a pasar por momentos muy buenos y otros muy malos. Por este motivo, una de las claves para invertir en acciones, además de tener conocimiento y experiencia previa en finanzas, es estar seguros de que vamos a poder mantener nuestra inversión por al menos 1 o 2 años.

¿Por qué? Porque lo que no queremos que pase es que necesitemos nuestros fondos de forma imprevista y nos veamos en la obligación de vender nuestras acciones justo en un momento malo del mercado. Si bien hay veces que va a ser conveniente vender acciones a un precio inferior al que compramos, esta decisión se tiene que tomar en base un análisis financiero y no a una necesidad de liquidez inmediata.

El análisis que debemos realizar antes de comprar acciones tiene algunos puntos en común con las ONs (dado que estamos hablando de empresas), pero prestando mayor atención al potencial de crecimiento de la empresa que estamos comprando. Recordemos que, en este caso, no tenemos un título de deuda de renta fija, sino que somos dueños de una parte de la empresa. Por lo tanto, cuando mayor sea su negocio, mayor será su precio y también mayor nuestra ganancia.

Fondos Comunes de Inversión, diversificación y administración

profesional al alcance de la mano

Los Fondos Comunes de Inversión (FCI) son vehículos por los cuales se administran fondos
de miles de inversores para la conformación de una cartera de inversión diversificada. Casi todos los bancos y sociedades de inversión cuentan con una familia de FCI con alternativas para todos los tipos de inversor.

Existen FCI con foco en instrumentos de inversión de bajo riesgo y rentabilidad, y alta liquidez (conocidos como “Money Market”) y fondos que buscan tener una rentabilidad un poco mayor al plazo fijo tradicional (conocidos tomo “T+1”). También hay FCI que se centran en títulos públicos (un poco más riesgosos), acciones (bastante más riesgosos) o una combinación de los anteriores. Además, podemos distinguir los FCI según tengan instrumentos de inversión locales o internacionales, de países emergentes o desarrollados, emitidos en moneda local, dólar u otras divisas, así como muchos criterios más.

A modo de resumen, los FCI funcionan de la siguiente forma. Al igual que las empresas, están divididos en pequeñas partes que se llaman “cuotapartes”. Todos los días se valorizan los instrumentos de inversión del fondo y el valor total se divide entre las cuotapartes existentes, asignando un precio a cada una.

Cuando queremos participar del FCI, emitimos una orden al administrador indicando el monto que queremos suscribir. Al final de ese día, luego de valorizar al fondo (no en el momento que emitimos la orden), el administrador determina el precio de las cuotapartes de ese día y se fija cuántas podemos comprar con el monto que indicamos. En ese momento se confirma la operación y, al día siguiente, ya podremos ver nuestra inversión con el detalle de cuotapartes suscritas y su precio.

De la misma manera, el día que queramos retirarnos del FCI, vamos a emitir una orden al administrador para rescatar parte o la totalidad de nuestras cuotapartes. Nuevamente, al final de ese día, luego de valorizar al fondo (no en el momento que emitimos la orden), el administrador determina el precio de las cuotapartes de ese día y se fija el monto que nos corresponde recibir por su venta. Según el tipo de fondo, entre 24 y 72hs (lo más habitual) vamos a ver los fondos acreditados en nuestra cuenta bancaria.

Una de las principales ventajas de los FCI es que es una forma muy sencilla de acceder a una cartera diversificada, de activos de distintos países y emitidos en distintas monedas. Además, hay un equipo de profesionales que constantemente analizan el mercado y los instrumentos de inversión que hay en el fondo, y ajustan la cartera para intentar obtener el mayor retorno. La principal desventaja es que nos cobran una comisión diaria por la administración del fondo más alta que si operáramos nosotros los mismos instrumentos (no suelen haber comisiones
de entrada ni salida) y que en momentos de crisis financiera no pueden vender todos sus activos, por lo cual van a sufrir pérdidas importantes en línea con el resto del mercado.

Reflexiones finales sobre las inversiones

Hay muchas cuestiones importantes para tener en cuenta antes de invertir y mientras lo estamos haciendo. En esta clase no vamos a abordar todas ellas, pero sí, antes de terminar, vamos a mencionar las que consideramos más importantes.

En primer lugar, esta nuestro conocimiento y experiencia en inversiones. Si estamos arrancando de cero, lo que conviene hacer es comenzar con montos de inversión bajos, en instrumentos sencillos y de bajo riesgo. También, como ya comentamos previamente en el curso, sería bueno que dediques parte de tu presupuesto a continuar con tu educación financiera, y sigas conociendo más al mundo financiero. Con el correr del tiempo, a medida que aprendamos de nuestros aciertos y errores, y tengamos más experiencia, nos sentiremos cómodos para incrementar los montos y la complejidad de los instrumentos.

En segundo lugar, algo que probablemente ya hayas escuchado…. No poner todos los huevos en la misma canasta, es decir, diversificar nuestra cartera. Por más buena y prometedora que pueda parecer una inversión, nunca podemos estar 100% seguros de que todo va a salir como esperamos. Incluso en momentos de aparente tranquilidad, puede pasar algún evento disruptivo que afecte al mercado antes que podamos tomar hacer nada. Por este motivo, siempre es recomendable tener una cartera diversificada, que nos permita optimizar la relación entre su rentabilidad y riesgo, sabiendo que, si un instrumento se ve afectado
negativamente, los otros instrumentos no afectados lo van a compensar.

Finalmente, como consejo general, sobre todo si vas a dar tus primeros pasos en el mundo de
las inversiones, te recomendamos que siempre busques la ayuda de alguien que tenga más conocimiento y experiencia, ya sea un familiar, amigo, conocido o un asesor contratado. En este último caso, es importante que trabajes con alguien que se preocupe por entender tu realidad y objetivos particulares antes de proponerte cualquier alternativa de inversión. También que tengas presente la diferencia entre un asesoramiento para ayudarte a encontrar la mejor estrategia de inversión y un asesoramiento sobre un producto o servicio financiero en
particular. Ambos son importantes, pero no necesariamente van a ser lo que estás buscando.

¡¡Felicitaciones!! 
Llegaste al final del curso de Gestión de Finanzas Personales de
Chau a Tus Deudas.

Esperamos que hayas encontrado el curso interesante y divertido y, por sobre todo, que puedas poner en práctica lo aprendido y te ayude a mejorar el orden y control de tus finanzas.

Te invitamos a que veas nuestros otros cursos y seguir al día con toda la información que publicamos en nuestras redes sociales (Instagram y Facebook: chauatusdeudas) y en el Blog de nuestra página web www.chauatusdeudas.com.ar.

 

¡Nos vemos pronto!

El equipo de Chau a Tus Deudas